El Joker es un villano, personaje secundario de Batman que siempre atrae interés por el público. Tiene decenas de versiones, casi tantas como autores lo han escrito. En esta ocasión tenemos una historia de Chuck Dixon, que nos muestra un comportamiento inaudito en el payaso de Gotham. El dibujo que realiza Graham Nolan nos muestra al Joker más caricaturesco, basado en el que aparecía a finales de los setenta. La trama empieza con la salida al mercado de unos sellos conmemorativos de cómicos americanos, los cuales parecen estar contaminados con el virus de la risa del Joker, haciendo que mueran de risa los que los usan. Batman y Robin le detienen cuando intenta asaltar una oficina de Correos y la policía le mete en la cárcel a espera de Juicio. El caso irá por los muertos a causa de los sellos, pero Joker asegura no saber nada sobre el caso. El abogado intenta que le declaren loco, pero las autoridades judiciales se niegan. También intentan coaccionar a los miembros del jurado, pero Batman y Robin lo impiden deteniendo a los esbirros. El juicio sigue su curso, mientras la acusación intenta que confiese los cargos, el payaso sigue haciendo un espectáculo del juicio televisado, manteniendo que no es culpable. Aparecen una cartas pidiendo dinero para hacer que paren las muertes, lo que hace que la policía y Batman investiguen la posible inocencia de Joker. Le piden ayuda a Oráculo, Bárbara Gordon, pero cuando le dicen que es para exculpar al Joker, se niega. Llega el momento del veredicto de pena de muerte y declaran culpable al Joker, lo que le hace volverse más loco y atacar a sus guardas. Le llevan a la prisión y allí le visita Batman, quien le pregunta por su inocencia, pero el payaso sigue interpretando su papel y no le da facilidades. Batman habla con el comisario Gordon y le dice que va a probar su inocencia. Gordon le intenta convencer de que lo deje estar, pero los principios del justiciero enmascarado se lo impiden. Tanto Alfred como Robin apoyan a Batman, porque creen que si toma una decisión tan extrema, es por que cree en la justicia, incluso para el Joker.
Mientras el Joker pasa los días esperando su sentencia, su abogado intenta apelar en vano para evitar que ejecuten la pena de muerte. Él se hace una posición en la cárcel asustando al resto de reclusos y a los guardias. Mientras Batman y Robin siguen las investigaciones con los antiguos secuaces de Joker, la policía decide pagar el chantaje que les pedían por terminar con los sellos mortales. Los verdaderos culpables resultan ser una pareja, de la cual uno de ellos era un antiguo secuaz del Joker, quienes recogen la bolsa con el dinero que les dan, pero era de mentira. Con lo cual deciden continuar con el chantaje. En la prisión preparan al Joker para la ejecución y le rapan el pelo al cero, lo que deja una imagen inusual en el villano. Le visita Batman para despedirse de él, pero el payaso no le quiere dar el gusto. Las investigaciones de Robin, hacen que descubran al secuaz que ha intentado extorsionar a la ciudad. A quien por error su mujer también se envenenó con los sellos, pero que no era el que los mandó. Mientras le interrogan consiguen averiguar que el veneno está en una empresa de trasteros almacenado, donde la policía lo descubre. Pero esto no exculpa al payaso, con lo que siguen los preparativos para la ejecución. Como siempre, Joker sigue con sus locuras y negocia los derechos televisivos de la ejecución y de la película de su vida, lo que hace que se entretenga. También pide la confesión de un cura, el cual sale de la celda espantado por las cosas que le cuenta el payaso. La investigación les lleva al dueño de los trasteros que en realidad es el culpable de las muertes. Montó toda la operación de los sellos para encubrir el asesinato de su propia mujer, a quién también mató con los sellos, para después devolver los sellos y que se volvieran a poner en circulación. Llega el momento de la ejecución y cuando tienen al Joker sentado en la silla eléctrica, llaman desde la policía para informar de que no se tiene que ejecutar al payaso, lo que defrauda a todos, excepto a Batman, quien vuelve a visitar a Joker a su celda, para decirle que si sigue vivo es gracias a él.
Guión: Chuck Dixon
Dibujo: Graham Nolan
Tintas: Scott Hanna
Color: Pat Garrahy, Heroic Age
Letras: John Costanza
Editor: Scott Peterson, Darren Vincenzo
Contenido: Joker: Devil's Advocate. Feb 1996
Extras: Introducción, portadas.
Ed. Ecc 208 pag.
Mientras el Joker pasa los días esperando su sentencia, su abogado intenta apelar en vano para evitar que ejecuten la pena de muerte. Él se hace una posición en la cárcel asustando al resto de reclusos y a los guardias. Mientras Batman y Robin siguen las investigaciones con los antiguos secuaces de Joker, la policía decide pagar el chantaje que les pedían por terminar con los sellos mortales. Los verdaderos culpables resultan ser una pareja, de la cual uno de ellos era un antiguo secuaz del Joker, quienes recogen la bolsa con el dinero que les dan, pero era de mentira. Con lo cual deciden continuar con el chantaje. En la prisión preparan al Joker para la ejecución y le rapan el pelo al cero, lo que deja una imagen inusual en el villano. Le visita Batman para despedirse de él, pero el payaso no le quiere dar el gusto. Las investigaciones de Robin, hacen que descubran al secuaz que ha intentado extorsionar a la ciudad. A quien por error su mujer también se envenenó con los sellos, pero que no era el que los mandó. Mientras le interrogan consiguen averiguar que el veneno está en una empresa de trasteros almacenado, donde la policía lo descubre. Pero esto no exculpa al payaso, con lo que siguen los preparativos para la ejecución. Como siempre, Joker sigue con sus locuras y negocia los derechos televisivos de la ejecución y de la película de su vida, lo que hace que se entretenga. También pide la confesión de un cura, el cual sale de la celda espantado por las cosas que le cuenta el payaso. La investigación les lleva al dueño de los trasteros que en realidad es el culpable de las muertes. Montó toda la operación de los sellos para encubrir el asesinato de su propia mujer, a quién también mató con los sellos, para después devolver los sellos y que se volvieran a poner en circulación. Llega el momento de la ejecución y cuando tienen al Joker sentado en la silla eléctrica, llaman desde la policía para informar de que no se tiene que ejecutar al payaso, lo que defrauda a todos, excepto a Batman, quien vuelve a visitar a Joker a su celda, para decirle que si sigue vivo es gracias a él.
Guión: Chuck Dixon
Dibujo: Graham Nolan
Tintas: Scott Hanna
Color: Pat Garrahy, Heroic Age
Letras: John Costanza
Editor: Scott Peterson, Darren Vincenzo
Contenido: Joker: Devil's Advocate. Feb 1996
Extras: Introducción, portadas.
Ed. Ecc 208 pag.
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